Tempelhof: de Aeropuerto Central de Berlín a Parque de la Ciudad

Orville Wright en un vuelo de demostración sobre el campo de Tempelhof en Berlín, 1909. Fuente: Biblioteca del Congreso
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Por la Lic. Lucía Sol ARÉVALO MOSCHELLA (*)

Una breve historia de uno de los aeropuertos más emblemáticos de Europa.


Un lugar clave en la historia de Berlín

>>> |El antiguo aeropuerto de Berlín “Tempelhof” (Flughafen Berlín Tempelhof) está situado en el centro de Berlín, en los distritos municipales de Tempelhof-Schöneberg y Neukölln.

Orville Wright en un vuelo de demostración sobre el campo de Tempelhof en Berlín, 1909. Fuente: Biblioteca del Congreso

Los terrenos del aeropuerto eran originalmente un campo de desfile para el ejército prusiano y más tarde para las fuerzas alemanas unificadas, desde 1720 hasta el comienzo de la I Guerra Mundial (Smale, 2016). El sitio tiene una asociación larga con el vuelo. A finales del siglo XIX el campo de Tempelhof fue utilizado para elevar globos de gas que se utilizaban para transportar pasajeros y mercancías. En 1909, el francés Armand Zipfel hizo la primera demostración de vuelo en Tempelhof, y más tarde ese mismo año, Orville Wright, se convirtió la primera persona en volar un avión motorizado dirigido, en un show aéreo en el aeródromo.

En 1923 el predio del aeródromo fue designado oficialmente como zona de aeropuerto y se comenzó la construcción de la terminal de pasajeros, que concluyó en 1927. Pronto, zeppelines y diversas aeronaves salieron volando desde allí. En 1926, la compañía aérea Lufthansa comenzó sus operaciones desde Tempelhof.

En 1934, el arquitecto Ernst Sagebiel encaró la ampliación del aeropuerto y proyectó la construcción de la gigantesca entrada de la Alemania de Hitler (Smale, 2016). La nueva terminal de 1,2 kilómetros de longitud fue construida entre 1936 y 1941. Fue uno de los aeropuertos europeos más emblemáticos de la época, también conocido como «la madre de todos los aeropuertos» debido a su tamaño y su estructura funcional. La terminal, junto con sus edificios adyacentes, forma una estructura con la forma de un cuarto de circunferencia compuesta por un pasillo central y “alas” que posibilitaban caminar desde el pasillo a los aviones (y no como previamente, a través del campo de aviación abierto).

Las multitudes se reúnen en Tempelhof en julio de 1931 para saludar al Graf Zeppelin después de su gira de investigación de las regiones árticas. Fuente: U.S. Coast Guard photo

Este diseño permitía a los aviones rodar directamente hasta el edificio, y posibilitaba a los pasajeros desembarcar bajo el abrigo del enorme pabellón saliente que cubría la zona.

Plano de Tempelhof. Autor: Schockwellenreiter/Flickr

El diseño del aeropuerto ya contemplaba la construcción de enormes hangares anexos, para el estacionamiento de aeronaves, y otras instalaciones que convirtieron a Tempelhof en un adelanto para su época. El complejo del edificio fue diseñado para parecerse a un águila, con los hangares semicirculares formando alas abiertas. El techo del hangar estaba proyectado para ser colocado en gradas y así formar un estadio para los espectadores en los espectáculos aéreos, pero el estallido de la II Guerra Mundial no permitió terminar el diseño completo. Hasta la inauguración del Pentágono en 1943, este aeropuerto, junto con su terminal de 284.000 metros cuadrados, ostentó el título de mayor edificio del mundo.

El aeropuerto de Tempelhof (llamado entonces Aeropuerto Central de Berlín-Tempelhof) tenía la ventaja de su localización cercana al centro de la ciudad, por lo que, en poco tiempo, lo convirtió en uno de los aeropuertos con más tráfico del mundo. Antes de la II Guerra Mundial, aterrizaban y despegaban en las pistas de Tempelhof hasta 92 vuelos diarios, cuarenta de ellos internacionales.

 

Durante la Segunda Guerra Mundial

El nuevo y más grande edificio del aeropuerto fue parte del plan del Nacional Socialismo que pretendía que Tempelhof se convirtiera en la puerta de entrada a Europa y en un símbolo de la «capital mundial» de Hitler (Smale, 2016).

Hermann Göring y otros funcionarios nazis examinan un modelo del aeropuerto de Tempelhof en 1937. Fuente: Corbis, en The Guardian, 2016

La fuerza aérea alemana, la Luftwaffe, no utilizó el aeropuerto como aeródromo para operaciones aéreas durante la guerra, salvo casos excepcionales de aterrizajes de emergencia. Sin embargo, en los sótanos del aeropuerto se llevaron a cabo trabajos de ensamblaje para los motores de los Junkers Ju 87 (conocidos mundialmente como “Stuka”) y los aviones de combate Focke-Wulf Fw 190. Las piezas de los aviones fueron traídas de diferentes fábricas de Berlín. Los aviones terminados salían volando directamente desde el aeródromo.

Las tropas soviéticas ocuparon Tempelhof el 24 de abril de 1945. Pese a que el aeropuerto fue tomado por los soviéticos, la división de Berlín por las potencias vencedoras de la guerra dio como resultado que el mismo pasara a manos americanas. El ejército estadounidense tomó el control del aeropuerto el 2 de julio de 1945, y fue confirmado por los acuerdos de Potsdam ese mismo año. Así, después de la Segunda Guerra Mundial, el aeropuerto de Tempelhof se convirtió en una parte del sector occidental en un Berlín dividido.

Bloqueo de Berlín y Puente Aéreo 1948-49.

El aeropuerto se conoce sobre todo por el Puente Aéreo 1948-49, cuando Berlín del oeste fue bloqueada por las autoridades soviéticas.

El bloqueo de Berlín (1948-49) fue un bloqueo terrestre a Berlín Occidental como una protesta soviética contra los esfuerzos occidentales por integrar sus zonas en Alemania Occidental. Los caminos a través de la zona soviética de Alemania Occidental a Berlín fueron cerrados. Los aliados respondieron con un puente aéreo masivo, conocido como el Puente Aéreo de Berlín, que entregó suministros a los dos millones de habitantes de Berlín Occidental.

El derecho de utilizar las rutas de vuelo se había establecido en el acuerdo Aliado (que incluía a Rusia).

División de Alemania y Berlín por las Potencias vencedoras luego de la Segunda Guerra Mundial. Fuente: Tunnell, 2010.

Con el puente aéreo, la USAF y la Royal Air Force británica realizaron uno de los mayores hitos en la historia de la aviación, llegando a alcanzar, en los primeros meses de 1949 la cifra de 1400 vuelos diarios. Más de 900 aviones británicos y estadounidenses llevaron suministros a la ciudad mediante 200.000 operaciones que proporcionaron diariamente 13.000 toneladas de alimentos. Los C-47 estadounidenses trajeron millones de toneladas de insumos en una operación que, en su momento, vio aviones aterrizando cada 90 segundos (Smale, 2016). Fue la mayor misión de transporte de la historia..

Niños de Berlín Occidental observan un avión estadounidense que trae suministros a Tempelhof para evitar el bloqueo ruso. Fuente: Associated Press, en The Guardian, 2015.

Transporte USAF Douglas C-47 descargando en el aeropuerto de Tempelhof durante el puente aéreo de Berlín, agosto de 1948. Fuente: Museo Nacional de la Fuerza Aérea de los EE.UU. Número de foto: 050426-F-1234P-008. Autor: Fuerza Aérea Estadounidense.

Para facilitar el despegue y aterrizaje de los aviones en Tempelhof, se construyó en un tiempo récord de tres meses, de julio a septiembre de 1948, una nueva pista en el aeropuerto de Tempelhof. El 30 de septiembre de 1949 los rusos levantaron el bloqueo ya que su propósito había fracasado.

 

Posguerra y cierre del aeropuerto

Tras el final de la II Guerra Mundial, el aeropuerto era el acceso principal de norteamericanos, franceses y británicos a la ciudad, y solo las potencias aliadas podían utilizarlo. Este hecho implicaba que las aerolíneas alemanas, como Lufthansa, no podían establecer rutas aéreas desde o hacia Berlín Oeste. Así, fue la American Overseas Airlines la primera compañía en establecer una ruta aérea desde Nueva York hacia Berlín, el 18 de mayo de 1946.

Las compañías que operaron en Tempelhof entre 1946 y 1990, fecha de la reunificación alemana, fueron principalmente la Pan Am, British Airways y Air France.

En 1975, todo el tráfico aéreo comercial se trasladó a Tegel, quedando Tempelhof únicamente como base aérea militar hasta su reapertura al tráfico comercial en 1990. Con la caída del muro de Berlín, el 9 de noviembre de 1989, la permanencia de la base aérea americana en Tempelhof perdía su utilidad, por lo que se inició su desmantelamiento, que concluyó en junio de 1993 con la retirada del Grupo Aéreo 7350 de las Fuerzas Aéreas estadounidenses.

Desde entonces, el aeropuerto se utilizó principalmente para la aviación civil y comercial, pequeños aviones chárter y aviación regional, siendo Tempelhof, de los tres aeropuertos berlineses, el que menos tráfico operaba.

El cierre del aeropuerto de Tempelhof llevaba debatiéndose desde su transferencia a la autoridad civil con motivo de la reunificación alemana, en 1990. La ubicación céntrica, la contaminación ambiental y acústica, y sobre todo la imposibilidad de ampliar las pistas hacía que el aeropuerto no resultara rentable. Su cierre estaba inicialmente previsto para 2004, pero una demanda interpuesta por las compañías que operaban en el aeropuerto retrasó su cierre por cuatro años.

Vista aérea de jornada de puertas abiertas en el aeropuerto internacional de Tempelhof en 1984. Fuente: TSGT José López Jr., Fuerza Aérea de los EEUU

El aeropuerto de Tempelhof fue cerrado en 2008 debido a su ubicación en medio de una zona residencial sin espacio para la expansión. Luego de un plebiscito, en agosto de 2009, los funcionarios de Berlín anunciaron que Tempelhof se abriría como un parque de la ciudad.

 

Referéndum y nuevo  parque de la ciudad

Después que el aeropuerto cerró en el año 2008, la ciudad de Berlín reclamó el espacio abierto de 386 hectáreas y uno de los edificios más grandes del mundo para uso público.

En mayo de 2010, el antiguo aeródromo fue inaugurado como el mayor parque público de Berlín, con el nombre de «Tempelhofer Feld». La ciudad preveía invertir 60 millones de euros en el desarrollo del parque entre 2010 y 2017.

Por su tamaño y características el parque resulta sorprendente e inusual. Hoy en día, el lugar dispone de seis kilómetros de pista para ciclismo, patinaje y jogging trail, un área de asadores de 2,5 hectáreas, un área de paseo de mascotas de alrededor de cuatro hectáreas y una gran área de picnic para todos los visitantes. En algunos hangares se realizan ferias y eventos, y todo tipo de actividades culturales y deportivas (O´Hagan, 2016).

Desde que fue entregado al público, en mayo de 2010, el sitio se ha convertido en un lugar muy visitado por las familias, corredores, patinadores, jardineros urbanos y entusiastas del yoga; el humo se eleva en verano desde la zona de asadores.

Los edificios han permanecido, en su mayor parte, de alguna forma en uso. Durante las elecciones locales de 2011, se proyectaron planes para nuevas áreas comerciales y oficinas, 4.700 viviendas y una gran biblioteca pública. Los planificadores aseguraban que sólo construirían el 25% del lugar, dejando 230 hectáreas libres; y los políticos prometían que los nuevos apartamentos incluirían vivienda asequible.

Tempelhof Parque de Berlín 2017

Frente a esto, la iniciativa “100% Tempelhofer Feld”, que se quejaba de «promesas vacías y sin garantías», reunió suficientes firmas para obligar a la ciudad a celebrar un referéndum (Fahey, 2015).

Después de meses de debate, en 2014, el 64,3% de los votantes optó por mantener Tempelhof tal cual está. Esta situación resultaría inimaginable en otras ciudades, pero al parecer, en Berlín, la reutilización de espacios y edificios que quedaron después de la reunificación de la ciudad para esparcimiento no es novedad.

Aérea de juegos en el Parque de Tempelhof 2017

La ley de conservación garantiza que el aeródromo de Tempelhof permanecerá en gran medida como está. Por otro lado, el edificio de la terminal se desarrollará respetando su estatus protegido, y hay planes para instalar allí oficinas para empresas y un «campus para creativos» (Fahey, 2015).
Hasta marzo de 2015 el público tuvo plazo para presentar ideas para el desarrollo recreativo de Tempelhofer Feld, con la salvedad de que la Ley de conservación Tempelhof prohíbe la construcción en cualquier lugar del antiguo aeródromo y posibilita un desarrollo limitado. Por ejemplo, no se pueden plantar árboles dentro de un gran círculo interno. Los bancos del parque se enfrentan a un cuidadoso escrutinio. Y se está viendo la posibilidad de construir baños y los vestuarios para las instalaciones deportivas (Fahey, 2015).

Pero a pesar de su regreso a la naturaleza, Tempelhof no podía ser confundido con otra cosa que un aeropuerto, y las señales de las pistas y demás marcas son el deleite de los visitantes.

 

Hangares como refugio

Desde su inauguración, el aeropuerto de Tempelhof ha formado parte de la historia de Berlín, y parece inevitable que tenga su papel en el escenario actual. La nueva misión para Tempelhof es albergar al gran número de solicitantes de asilo que han llegado a Alemania en los últimos años provenientes en su mayoría de Siria, Afganistán, Irak, Eritrea y otros lugares.

Uno de los hangares donde los refugiados se alojan en unidades de 25 metros cuadrados formadas por pantallas temporales, con seis camas superpuestas para dormir. Fuente: Gordon Welters en The New York Times 2016

Algunos de los hangares del antiguo aeropuerto se convirtieron en enormes refugios improvisados. En 2015 llegó a haber más de 2000 personas viviendo en los hangares, para 2016 el número se había reducido a 1700. En los últimos meses son cada vez más las camas libres ya que los solicitantes de asilo están siendo trasladados a mejores alojamientos en la ciudad.

Actualmente, alrededor de 800 personas se alojan en los hangares, pero los asistentes sociales opinan que no son espacios diseñados para vivir, y que el hacinamiento y la falta de privacidad afecta a las personas.

Durante el tiempo que habitan en el lugar, los residentes temporarios añaden su marca a arqueología de Tempelhof: en las paredes se pueden ver grafitis con mensajes, lemas, dibujos y banderas de diferentes países (Smale, 2016).

De acuerdo con Esther Witt, portavoz del grupo de campaña «100 por ciento Tempelhofer Feld», «Los hangares están muy por debajo de cualquier estándar mínimo, y son lugares realmente horribles para los refugiados» (Knight, 2016). Los activistas y los trabajadores sociales se quejan desde hace tiempo de que los refugios de masas centralizados son la peor manera de albergar a las personas, ya que incuban la tensión social y dificultan la integración. El gobierno de Berlín argumenta que tiene pocas opciones en este momento para albergar a los solicitantes de asilo (Knight, 2016).

Refugiados viviendo en los hangares en Tempelhof. Fuente: Getti Images /S. Gallup, para Knight, Ben en Deutsche Welle, 2016.

Según las últimas cifras oficiales, unos 50 refugiados llegaban por día a Berlín en 2016, muy por debajo de las 1000 personas que supieron llegar en 2015. Pese a la disminución en el número de solicitantes de asilo en 2016 y lo que va de 2017, parece que los planes para construir alojamiento temporal en el aeródromo siguen adelante, lo que significa un claro desafío al referéndum de 2014, cuando los berlineses votaron por mantener todo el aeródromo libre de desarrollo de la propiedad.

El 28 de enero de 2016, el Parlamento de Berlín impuso una alteración al plebiscito, lo que permitiría la construcción en el predio después de todo (Knight, 2016). A pesar de la disminución en la afluencia de refugiados, la ciudad todavía planea construir refugios adicionales que elevarían la capacidad total a 7000 personas y convertirían el área frente al aeropuerto en un centro de registro de refugiados, incorporando asesoría laboral, atención de salud, servicios sociales e incluso un jardín de infantes (Knight, 2016).

Los activistas sospechan que con estas iniciativas el gobierno planea permitir que los promotores inmobiliarios permanezcan en el aeródromo permanentemente, y está usando la afluencia de refugiados como una «puerta trasera», algo que el referéndum fue diseñado específicamente para proteger (Knight, 2016).

La pregunta es, ¿por qué se busca tan intensamente construir sobre el Tempelhofer Feld?. La disponibilidad de los terrenos es un sueño para los desarrollistas, y la necesidad de utilizar el espacio pone en jaque la preservación del parque.

Más allá de las especulaciones, lo que es cierto es que Tempelhof seguirá escribiendo capítulos de la historia de la ciudad por mucho tiempo más. El antiguo aeródromo y aeropuerto está arraigado en la historia y la vida de los Berlineses.

El Tempelhofer Feld en primavera 2017

Referencias

Blason, Jo; Cummings, Basia; Fahey, Ciarán (2015, 5 marzo), Nazis and candy drops: Tempelhof airport through history – in pictures, en The Guardian. Disponible en: https://www.theguardian.com/cities/gallery/2015/mar/05/tempelhof-airport-berlin-history-nazis-candy-drops-in-pictures#img-4

Fahey, Ciarán (2015, 5 marzo), How Berliners refused to give Tempelhof airport over to developers, en The Guardian.Disponible en: https://www.theguardian.com/cities/2015/mar/05/how-berliners-refused-to-give-tempelhof-airport-over-to-developers

Knight, Ben (2016, 25 marzo), Berlin to build on Tempelhof despite drop in refugees, en Deutsche Welle. Disponible en:http://www.dw.com/en/berlin-to-build-on-tempelhof-despite-drop-in-refugees/a-19143212

O´Hagan, Simon (2016, 30 enero), Steeped in cold war history: Berlin´s Tempelhof is now a vast and eerily beautiful city park, en Independent. Disponible en: http://www.independent.co.uk/travel/europe/steeped-in-cold-war-history-berlins-tempelhof-is-now-a-vast-and-eerily-beautiful-city-park-a6840906.html

Smale, Alison (2016, 10 febrero), Tempelhof Airport, Once a Lifeline for Berliners, Reprises Role for Refugees, en The New York Times. Disponible en: https://www.nytimes.com/2016/02/11/world/europe/tempelhof-airport-once-a-lifeline-for-berliners-reprises-role-for-refugees.html?_r=0

S/D (2009, 31 agosto), Tempelhof to become enormous city park, en The Local. Disponible en:https://www.thelocal.de/20090831/21611

S/D, Tempelhof Airport: from central airport to city park, en The Baltic Initiative. Disponible en:http://coldwarsites.net/country/germany/tempelhof-airport

Tunnell, M. O. (2010). Candy Bomber: The Story of the Berlin Airlift’s» Chocolate Pilot», editorial: Charlesbridge Publishing. Disponible en: https://books.google.com.ar/books?hl=es&lr=&id=RTlSw_t3CMMC&oi=fnd&pg=PR2&dq=Nazis+and+candy+drops:
+Tempelhof+airport+through+history+%E2%80%93+in+pictures&ots=8QVgoR3s_y&sig=cNcGKv6LZLtHg62eMJYnyisaOPg#v=
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(*) Licenciada en Filosofía. Profesora Asesora de la asignatura Crítica del Conocimiento. Escuela de Aviación Militar

Por la Lic. Lucía Sol ARÉVALO MOSCHELLA (*)