
Cadete IV año Leandro MIRANDA.
Cadete IV año Iván DELMÉ.
El 27 de febrero de 2025 quedará grabado como un momento trascendental en la historia de la Fuerza Aérea Argentina. Desde el casino del Cuerpo de Cadetes de la Escuela de Aviación Militar tuvimos el privilegio de ser testigos de la transmisión en vivo de la presentación del nuevo sistema de armas: el F-16BM de Lockheed Martin, un avión que representa un significativo paso hacia el fortalecimiento de la defensa de nuestro aeroespacio.
La ceremonia fue presidida por el Ministro de Defensa, quien en un tono solemne y motivador, destacó la relevancia de la incorporación de este nuevo sistema. Sus palabras fueron claras y precisas: “El F-16 no solo representa un avance tecnológico, sino también un símbolo de la soberanía y la seguridad del país”. En un ambiente cargado de emoción, el Ministro destacó el esfuerzo constante de nuestro Comandante en Jefe por mantenerse a la vanguardia en un contexto geopolítico cada vez más complejo. Para nosotros, esas palabras fueron una inyección de orgullo y compromiso con la profesión que hemos elegido.
Seguidamente, el Jefe de Estado Mayor Conjunto resaltó la importancia de integrar capacidades de este tipo en el marco de la defensa nacional, dentro de una política de defensa coherente y eficiente. Su intervención reafirmó la necesidad de adaptarnos a los nuevos desafíos del siglo XXI, donde la tecnología y la cooperación internacional juegan un papel crucial. Fue un recordatorio de que la Fuerza Aérea no actúa de manera aislada, sino que forma parte de un sistema de defensa que requiere unidad, innovación y adaptabilidad.

Por su parte el Jefe de Estado Mayor General de la Fuerza Aérea Argentina, detalló las capacidades y el potencial del F-16 en nuestras filas. Hablar del F-16 no es solo hablar de un avión de combate, sino de un sistema que amplía las posibilidades de acción, proporcionando mayor alcance, velocidad y precisión. En sus palabras, entendimos que representa un hito en nuestra historia, y también una invitación a todos los cadetes a seguir con el mismo fervor y dedicación en su formación.
Observando la transmisión junto a nuestros camaradas, nos invadió una sensación de orgullo y responsabilidad. Este acto no solo es un reconocimiento al esfuerzo de nuestros oficiales y mecánicos, sino también un recordatorio de que nuestra preparación es la base de lo que se nos encomienda. El F-16 es, sin duda, un logro tangible, pero la formación que recibimos es la que nos permitirá sacarle el máximo provecho, asegurando que esté al servicio de la nación.