“PODEMOS PARA QUE OTROS PUEDAN”

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S.A. Cad Lucas M. LARSEN


Los cadetes que formamos parte de la Revista Rumbos, tuvimos la oportunidad de entrevistar a la Capitán Silvina Navarro, Navegadora Militar del Sistema de Armas C-130 “Hércules”, que participó junto con otros oficiales, suboficiales y civiles, de los vuelos de repatriación  cuando estalló la pandemia del coronavirus a nivel mundial.

Desde su perspectiva nos cuenta cómo fue su experiencia, los protocolos aplicados, las sensaciones y opiniones de sus allegados, entre otras cosas.

Además, nos comentó brevemente su experiencia como mujer dentro de la especialidad y dejó algunas palabras para los cadetes  y oficiales más jóvenes de la institución.

Sin más preámbulos, la entrevista:

¿De qué ciudad es oriunda?

Nací en la ciudad de Córdoba

 

¿Cómo surgió su vocación militar? ¿En qué año egreso de la EAM?

Mi padre es Suboficial Mayor (R) de la Fuerza Aérea, estuvo destinado en la EAM y desde ahí nació mi vocación. Egrese en el año 2007.

 

¿Qué nos puede comentar en relación al camino recorrido hasta convertirse en navegadora militar de transporte?

Lo que les puedo contar es que egresé en el año 2007 y fui destinada como instructora del Instituto de Formación Ezeiza durante el año 2008, y en el año 2009 comencé el curso para navegadores militares. En la actualidad tengo alrededor de 1500 horas de vuelo, y he sido parte de diversas tareas en el Escuadrón Hércules.

 Los navegadores militares de la Fuerza Aérea, cumplen funciones a bordo del avión C-130 Hércules llevando adelante la navegación en ruta, además de la planificación previa de los vuelos.

 

¿Tuvo dificultades en este proceso? ¿Influyó en algo  el hecho de ser mujer?

Cuando llegue, en el sistema no había mujeres, ni oficiales ni suboficiales que volaran en cabina, por ello al principio fue necesaria una adaptación, pero con el transcurrir del tiempo esto fue cambiando hasta llegar al día de hoy donde somos tripulaciones integradas por ambos sexos sin inconvenientes.

 

En tal caso, ¿Cómo logro afrontarlas?

Primero comprendiendo que era una situación nueva para las tripulaciones que eran cien por ciento masculinas, y estudiando y preparándome para lograr ese espacio en las tripulaciones y estar a la altura de las exigencias de cada misión/tarea.

¿Cuál es su destino actual?

En la actualidad desempeño mi función en la I Brigada Aérea “El Palomar”, soy Jefe de la División Economía.

 

¿Qué funciones cumple dentro del Escuadrón Hércules?

 Dentro del escuadrón soy tripulante, como navegadora militar. No todos los tripulantes que vuelan están destinados en el escuadrón, se nos convoca cuando hay necesidad de realizar una tarea.

 

¿Qué sintió al momento de enterarse que debía formar parte de las tripulaciones que realizarían los vuelos de repatriación?

Como militares  nos preparamos a diario para contribuir a la grandeza de nuestro país, y esta tarea no fue la excepción. Al momento de ser  designada para realizar este tipo de vuelo, uno solo se dispone para realizarlos, pero cuando pasa el tiempo, se da cuenta de la importancia de las Fuerzas Armadas.

Sentí mucho orgullo que nuestro Escuadrón tuviese esta misión, nada más ni nada menos que traer a casa a compatriotas argentinos.

Mis familiares y amigos, obviamente que como el resto de la sociedad, sintieron temor pero también orgullo porque saben que me preparo todos los días, como dije anteriormente, para contribuir con nuestra Nación.

 

¿Cómo fue su experiencia en el marco de estas misiones?

 A diferencias de otros vuelos de similares características, fue una experiencia única por la situación particular. El estar expuestos a poder contagiarnos sobre todo, pero los realicé con mucha satisfacción, a pesar de las largas horas de vuelo.

 

¿Qué destinos tuvieron los vuelos en los que Ud. participó?

Yo realice vuelos al Perú y a Ecuador.

 

¿La tripulación tuvo una preparación previa relacionada con la prevención y cuidados frente al COVID 19? Podría detallarnos cómo fue la situación previa y posterior a dichos vuelos.

Bueno, nosotros aplicamos un protocolo como escuadrón, en cada vuelo se nos entregaban protectores visuales, guantes, barbijos especiales, y equipos para utilizar arriba del buzo de vuelo.

Se estableció una cabina estéril, ya que nadie podía subir ni bajar de ella y en Ecuador donde el foco de infección era altísimo, no nos bajamos de la aeronave, solo aquellos que lo necesitaban por la tarea que realizan, tal como el mecánico que hace combustible. El uso constante de alcohol fue otra de las medidas.

En el compartimiento de carga donde se ubicaban los pasajeros, iba un personal sanitario, donde antes de subir a la aeronave aplicaba el protocolo de temperatura, síntomas y ella informaba quien estaba en condiciones de ser repatriado.

 

¿Siendo militar, cómo se sintió usted, luego de haber podido participar en acciones que contribuyeron a afrontar los efectos de la pandemia? ¿Sintió que su formación jugó un rol importante?

Considero que nuestra profesión nos permitió hacer un aporte para cubrir las necesidades de Estado Nacional, en esta oportunidad, repatriando compatriotas que se encontraban fuera de nuestro país. Obviamente las Fuerzas Armadas, siempre juegan un rol importante, ya que no solo se trasladó personas, sino que se distribuyeron elementos sanitarios (medicamentos entre otros) en los lugares donde el Ministerio de Salud lo requería, y actualmente se siguen realizando.

 

¿Qué le gustaría decirles a todos aquellos jóvenes (sobre todo a las mujeres) que anhelan seguir sus pasos?

Esta vocación, como alguna vez escuché a Victoria (psicopedagoga del Escuadrón Estudios de la Escuela de Aviación Militar) decirles a mis cadetes cuando fui instructora del Cuerpo de Cadetes, es un modo de vida, que requiere mucho de nosotros, no existen días festivos, cumpleaños, navidades, etc., pero cuando nos designan  misiones,  tareas como estas, ahí descubrimos el significado de nuestra profesión. Sean profesionales a diario, asuman el compromiso de ser los mejores.

A las mujeres, bueno, los tiempos por suerte han cambiado, y los obstáculos en lo que respecta al género ya no existen. Simplemente, decirles que comprendan que en algunas ocasiones compatibilizar nuestra vocación con nuestros deseos no es sencillo, aunque no imposible.

Les dejo el lema de nuestro Escuadrón: “PODEMOS PARA QUE OTROS PUEDAN”, en estas simples palabras resumo el significado de nuestra vocación militar.

Desde la Revista Rumbos Aeronáuticos, queremos agradecerle a la Capitán Navarro por haberse tomado el tiempo y aceptar responder nuestras preguntas.

Por otro lado, agradecerle también su compromiso y vocación militar, que nos alientan a cumplir las exigencias que hoy se nos presentan, a fin de que algún día, podamos como ella, contribuir al bienestar del pueblo argentino a través de las misiones y tareas, que como integrantes de la Fuerza Aérea Argentina, debamos realizar.