VIGILANTES DEL AEROESPACIO

398 Vistas

Cadete III Año VALENTÍN AMMANN


 

El 2 de abril de 1982 inicia el Conflicto del Atlántico Sur, contienda que traería aparejada una sobresaliente actuación por parte de la Fuerza Aérea Argentina, la cual se destacaría por sus proezas y heroicas acciones en combate.

Demás está decir que el énfasis de las operaciones ejecutadas por la misma estuvo en sus pilotos, pero es menester recordar que existió un trabajo en conjunto de los diferentes escalafones, y uno de los más importantes fue la Red de Observadores de Aire (ROA).

Como su nombre lo indica, un ROA es un observador aéreo que desempeña sus tareas en tierra. Tiene como objetivo cubrir aquellos puntos ciegos que los radares no logran alcanzar, y por los cuales existen posibles rutas aéreas enemigas.

En el teatro de operaciones, las zonas en las cuales se encontraban distribuidos los Puestos de Observadores del Aire (POA) eran aquellas en las cuales los radares de artillería Elta[1] y de la batería de 35mm Skyguard[2] no llegaban a operar. Cada puesto consistía en pequeños refugios construidos por carpas, protegidas por elementos del lugar con el objetivo de pasar inadvertidas.

 

Entre el 28 y 29 de abril, la BAM[3] Cóndor despliega una red integrada por un centro de filtraje y cuatro puestos distribuidos de acuerdo a las siguientes posiciones:

  • Nido: Centro de filtraje a cargo del alférez Andrés Gazzo, el cual operaba como centro receptor de información de los demás puntos.
  • Roca: el alférez Mario Egurza y el soldado Juan Coronel se apostaban a 15km de Pradera de Ganso en una saliente costera cercana al Estrecho de San Carlos.
  • Hiena: el alférez Jorge Blázquez se ubicaba en Punta Cantera.
  • Bigüa: el alférez Eduardo Daghero y el soldado José Morales se asentaron en la zona de Lafonia.
  • Vasco: puesto de observación ocupado por el alférez Rómulo Sasone.

El personal del ROA se encontraba aislado casi por completo y recibía breves visitas de helicópteros que les proveían pertrechos. Su misión consistía en observar y alertar sobre cualquier movimiento enemigo en su sector.

Su tarea comprendía números peligros dentro los cuales estaba el de ser avistados por alguna aeronave enemiga, con lo cual corrían el riesgo no solo de revelar su posición, sino también de ser atacados. Debían mantenerse fuera del alcance y visión de las patrullas del SAS británico y de los Gurkas, los cuales emprendían misiones para eliminar dichos puestos. Además, las condiciones climáticas adversas dificultaban las tareas desgastando al personal y a sus equipos de comunicación.

Cabe destacar la participación de aquellos civiles radioaficionados, que se incorporaron voluntariamente a la ROA desempeñando tareas de observadores.

Gracias a las acciones de los ROA se materializó el éxito de muchas misiones de combate y aún más importante, se salvaron valiosas vidas que sin lugar a dudas se hubieran perdido de no contar con una oportuna alerta temprana.


[1] Proveedor israelí de productos y servicios de defensa que se especializa en radares. El mencionado radar lleva el nombre de la empresa.
[2] Director de Tiro suizo utilizado para los cañones Oerlikon de 35mm.
[3]  Base Aérea Militar.