La importancia de conocer el pasado y registrarlo; Otro tiempo, otro héroe de Juan Roque Castelnuovo y Ángel María Zuloaga, vida y obra literaria, de Oscar Luis Aranda Durañona

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Por la J.T.P. Noelia MARTINO (*)


 

“La historiografía aeronáutica militar argentina, en general, ha carecido de escritores que aplicasen los métodos científicos de investigación en la preparación de sus trabajos (…) El Brigadier General Ángel María Zuloaga fue una de las raras excepciones. Testigo y protagonista de la época en que se gestaba la actividad organizada en el país, dueño de una vasta cultura y reconocida lucidez, desde muy joven y hasta los últimos años de su vida se dedicó a estudiar y a escribir sobre la historia y asuntos relacionados con el vuelo. Esta vocación y su afición de coleccionista, metódico y tenaz, de libros y objetos de arte hicieron de él un referente ineludible de la literatura especializada en aviación militar.”

Conociendo el pasado, podemos comprender el presente y aprender para el futuro. Así lo entendieron el escritor, periodista e historiador tandilense Juan Roque Castelnuovo, secretario del “Instituto Eduardo Olivero” de la Federación Internacional de Historia Aeronáutica y Espacial y el Comodoro (R) VGM D. Oscar Aranda Durañona, Director de Estudios Históricos de la Fuerza Aérea Argentina, quienes nos presentan trabajos acerca de la labor de dos de nuestros pilotos militares, a los que es necesario volver para recordar de que temple han estado hechos desde siempre.

La obra de Aranda, Ángel María Zuloaga, vida y obra literaria, con la rigurosidad que exige la investigación histórica, nos brinda datos precisos, en un lenguaje llano y ameno que nos facilita la lectura, a los fines de acercarnos a la figura del “Ilustre aviador militar y escritor, precursor y benemérito de la Aeronáutica Argentina…” , poniendo relevancia, no tanto en su carrera de aviador y pionero, que fue trascendental sin duda, sino en la labor intelectual, sin la cual las investigaciones acerca de los hechos y los antecedentes quedaría sólo en la memoria de quienes lo vivieron, sin llegar a la posteridad.  Al respecto, nos dice el autor

Por su parte, la obra de Castelnuovo, Otro Tiempo, otro héroe, borra los límites entre el relato histórico y la novela, y narra “La epopeya de un joven aviador argentino que luchó en la Primera Guerra Mundial y fue reconocido por las fuerzas vencedoras como uno de sus héroes.” Se trata del argentino hijo de inmigrantes italianos, Eduardo Olivero, quien, por propia vocación de servicio y sentido del deber, se ofreció voluntariamente a servir a la patria de sus padres, sin renunciar a su propia patria

“-…  Me interesa ir al frente lo antes posible señor.

  • Molto bene…molto bene… Usted tiene la posibilidad de obtener el grado de subteniente a cambio de nacionalizarse italiano.
  • No, señor. No renunciaré a mi nacionalidad argentina. Prefiero alistarme como soldado raso.”

 

Con tal grado de compromiso con el deber y el afán de probar la destreza que caracteriza a nuestros pilotos, Eduardo se mostraba ansioso por estar en el frente:

“- Mi aspiración, señor- lo interrumpe Eduardo sin poder contenerse- es marchar al frente. Yo he venido a pelear… ¿entiende? A defender la tierra de mi padre, de mi madre, de mis hermanos… ¡quiero ir al frente señor!”

Ambos libros nos acercan la historia militar aeronáutica argentina desde sus albores, brindando un sincero y sentido homenaje y nos invitan abordarlos con interés y respeto.

El resto queda a consideración de los lectores a quienes invitamos acercarse a estos textos dejándoles la siguiente reflexión para su abordaje: somos sujetos históricos, y como tales, no estamos solos y no lo estamos porque nos debemos a cualquier otro que contribuya a su estructuración, entonces lo histórico se estructura no en el discurso del desarrollo histórico, de la evolución, del progreso, sino en lo que ese otro nos devuelve como nuestra propia historia, es nuestro “partenaire”, un semblante de historia que nos va a permitir hacernos  a un saber.

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