Resumiendo una vida con aviones

Por el Cadete de IVAño Tobías BOTTA

En oportunidad de estar realizando el Curso de Volovelismo, tuve el enorme privilegio de poder conversar con el Comodoro (R) VGM Rodolfo HUB, quien se desempeña como Instructor de Vuelo en la Escuadrilla de Volovelismo. Nuestra larga conversación me llevó a conocer diversos aspectos de su vida profesional, aspectos que realmente llamaron mi atención y por ello le solicité al Comodoro Hub, si pudiera hacer un relato escrito de lo que él me contaba para incluirlo en Rumbos Aeronáuticos con la seguridad que sería del interés de nuestros lectores. 
A continuación transcribo su relato.

Texto del Comodoro (R) VGM D. Rodolfo D. HUB (*)

>> | Ante todo, quiero mencionar que el motor que me movió a realizar todas las actividades que a continuación relato, fue la pasión por el vuelo y me proporcionaron la enorme satisfacción del deber cumplido.

Los primeros pasos

Por la gracia divina y las necesidades de la FAA de ese entonces, realicé mi Curso de Aviador Militar (CAM), mientras era Cadete de IV Año, en el año 1980, lo que significó un vínculo prematuro, pero real, con la mecánica del vuelo y todo lo que ello significa, algo que hasta ese momento había sido una fantasía y que se transformó en realidad.

De marzo a diciembre de aquel año, llevé adelante el curso intensivo en el CAM, volando dos aviones, el Beechcraft B-45 “Mentor”, entrenador básico de la época y el Morane Saulnier MS 760 Paris, birreactor para la instrucción avanzada. En diciembre, con 21 años de edad, egresé con el grado de Alférez, Aviador Militar, especialidad Aviación de Caza. A los pocos días partía con destino a la III Brigada Aérea para realizar el Curso de Estandarización para Aviadores de Combate (CEPAC) en aviones IA-58 Pucará.

En diciembre del 1981, terminado el curso, quedé habilitado en el Sistema de Armas IA-58 “Pucara” Etapa III Apto para el combate, lo que me llevó a participar del conflicto del “Atlántico Sur” entre principios de mayo y mediados de junio de 1982.

Piloto de Mirage

En diciembre de 1983, transitando mi tercer año de Alférez, fui destinado a la VI Brigada Aérea con asiento en la ciudad de Tandil, transformándome en el Oficial más joven de la FAA, hasta ese momento, en pasar directamente de volar un turbohélice a un reactor de alta performance, como era el IAI M 5 Dagger. En diciembre de 1984, ya con el grado Teniente y finalizado el curso correspondiente, logré la habilitación, nuevamente como Etapa III Apto para el combate, esta vez en IAI M5 Dagger.

Durante los momentos libres, mientras realizaba el curso de reactores, comencé a visitar el Club de Planeadores Tandil, lugar que inicialmente me permitió vincularme con el ámbito aeronáutico civil, en particular con la aviación deportiva, donde además hice muy buenos amigos, los que aun hoy mantengo.

Mis comienzos con el volovelismo

Habiendo cultivado una buena amistad con el presidente del Club de Planeadores, Sr. Jorge Stanley, conocido por sus cualidades didácticas como “Teacher”, comencé las gestiones para realizar el Curso de Planeador, aunque previamente debería convalidar mi experiencia militar en vuelo para obtener las licencias equivalentes en el ámbito civil.

Una vez obtenidas las equivalencias, y luego de una rápida adaptación a un Aero Boero 180, comencé a remolcar en el club. Había llegado a un acuerdo de que por cada diez remolques que hacía para otros pilotos, el club me asignaba un remolque gratis para mi curso de planeador. El primer planeador que volé fue un viejo biplaza de madera, “Cóndor IV”.

Luego, y gracias a una importante gestión de la Dirección de Fomento y Habilitaciones Aeronáuticas de la FAA, se incorporó al Club un flamante planeador Grob 103 Twin Acro, en el que disfrute mis primeras horas de pilotaje y acrobacia en un “todo plástico”.

Finalmente, y respetando las exigencias del club y la siguiendo la famosa escalera de experiencia, fui habilitado primero en un K8-B y luego en un Estándar Austria, ambos planeadores de madera monoplazas, acumulando un total de aproximadamente 80 horas de vuelo, voladas en llanura, aunque aprovechando la dinámica del cerro San Luis, próximo al Club.

A partir de aquel momento, mi vida aeronáutica se repartió entre la VI Brigada Aérea donde volaba los poderosos M5, y el Club de Planeadores, donde fui descubriendo el arte de volar como los pájaros.

La Escuela de Aviación Militar

En Setiembre de 1988 fui trasladado a la Escuela de Aviación Militar, donde debí cumplimentar las exigencias de los cursos de Capacitación Docente, Instructor del Cuerpo de Cadetes e Instructor de Vuelo, requisitos indispensables para poder desempeñarme como Instructor de vuelo en el Grupo Aéreo Escuela. Eso no me imposibilitó encarar la rehabilitación en los Grob de la Escuadrilla de Volovelismo, con lo que también podía cumplir con otra actividad de vuelo, pero en planeadores.

Posteriormente, y después de transitar por los claustros del Instituto Universitario Aeronáutico, me convertí en Ingeniero de Sistemas, con una orientación en mantenimiento aeronáutico. Continué mi carrera profesional como cursante en la Escuela Superior de Guerra Aérea. Al finalizar el curso fui destinado al Comando de Personal. Luego participé en el Programa A-4AR y finalmente, en el año 2000, regresé nuevamente a la EAM.

Ya en el último año de la jerarquía de Mayor, con dos especialidades: Aviador Militar e Ingeniero Aeronáutico, la superioridad decidió que mis servicios debían continuar en dependencias del Grupo Técnico Escuela, como Jefe del Escuadrón Inspecciones y Recambios, a cargo del primer Escalón de Mantenimiento de aviones B-45 Mentor, Emb-326 Tucano, G-II Guaraní, Helicóptero 369 Hughes, remolcadores y planeadores.

Debido a los vaivenes político-económicos del país, en aquel año se produjo una gran oferta laboral en las Líneas Aéreas comerciales, para cubrir una gran cantidad de plazas disponibles de pilotos. Muchos aviadores militares, decidieron emigrar para cubrir esos lugares, afectando sensiblemente la actividad del GAE, por el éxodo de sus instructores de vuelo.

Nuevamente las necesidades del Servicio llevaron a que se me habilitara, primero en remolcador AB-180, IA 46 Súper Ranquel, en planeadores, y luego en B-45 y EMB 326 Tucano. El objetivo era que estuviera en condiciones de realizar los vuelos de mantenimiento necesarios para la puesta en servicio de esas aeronaves y paralelamente reforzara el plantel de pilotos asignados a la Escuadrilla de Volovelismo, desarrollando la actividad de remolcador de planeadores a la tarde, con los cadetes de los diferentes cursos.

Al cabo del primer año, surgió la necesidad de disponer de otro instructor/inspector de planeadores, por lo que, habiendo revalidado la licencia de Instructor de planeador, comencé a volar como instructor, alternando entre el remolque y la instrucción, de acuerdo a las necesidades, todo ello sin dejar de cumplir con las actividades normales en el Grupo Técnico.
Durante el año 2002, y a partir de la mitad de año, la Fuerza Aérea asumió la política de participar en diversos campeonatos de vuelo a vela en el ámbito nacional, compitiendo con la comunidad deportiva civil. Por esa causa, fui designado para participar, en diciembre del año 2002, en el Campeonato Regional de vuelo a vela “San Francisco”, con un planeador ASW-20. Durante esa competencia obtuve mi primera constancia deportiva homologada, el “C” de Plata Nº 742, luego de haber realizado un vuelo de 05:54 horas, haber recorrido una distancia de 103,7 Km y haber ganado 1500 metros de altura. Esa constancia se obtuvo aprovechando una de las pruebas realizadas en el mismo.

Debido a la experiencia obtenida en un campeonato regional, fui designado para participar en el 50º Campeonato Nacional “Villa Reynolds” 2003, realizado en enero de ese mismo año, compitiendo con el mismo planeador.

Durante ese mismo año, la Fuerza Aérea Italiana, mediante una invitación oficial, participó a la Fuerza Aérea Argentina para intervenir en el Primer Campeonato Mundial Militar de vuelo a vela en montaña. El evento se realizaría entre el 12 y el 21 de setiembre, en la ciudad de RIETI. Italia. En razón de ser el único piloto con experiencia, y contar con la habilitación vigente, fui designado para participar en mencionado campeonato y me trasladé a Italia.

La Fuerza Aérea Italiana puso a disposición de la FAA, un planeador monoplaza Schempp Hirth Dicus-BT, matricula D-KKPO, al cual tuve que adaptarme durante los primeros días de septiembre, ya que el vuelo en montaña es muy diferente al vuelo en llanura. Realicé varios vuelos de reconocimiento en el área y luego, cinco pruebas, contabilizando un total de 32:00 horas de vuelo.

Continuando con la misma política de la Fuerza fui designado para participar en los siguientes campeonatos:

Los vínculos profesionales generados durante los campeonatos italianos con el equipo de vuelo a vela de la Fuerza Aérea Alemana, dieron lugar a una invitación para participar en el 12º Campeonato Internacional Militar de pilotos de planeador, a realizarse en la Base Aérea de Holzdorf, Alemania entre el 11 y el 22 de Julio del 2005. Dicha participación se concretó efectivamente, utilizando un Schempp Hirth standard Cirrus, gentilmente facilitado por el jefe del equipo alemán, Mayor Rene Heisse. En aquella oportunidad obtuve el puesto Nº 14 sobre 40 participantes de la clase Club.

(*) Participó en el Conflicto por la recuperación de las Islas Malvinas como tripulante de aeronaves IA-58 Pucará. Se graduó como Ingeniero Aeronáutico en el Instituto Universitario Aeronáutico. Alcanzó la jerarquía de Comodoro. Luego de solicitar su pase a situación de retiro, fue convocado para desempeñarse como Instructor de Vuelo a Vela en la Escuela de Aviación Militar. Actividad que actualmente desarrolla.