DÍA DE LA AVIACIÓN DE CAZA

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Primer Teniente Juan Martín MANZUR RETA


        Hace ya varias décadas atrás la Fuerza Aérea forjó su historia, escribiendo páginas llenas de gloria. Su personal con escasos medios se sacrificó en pos de un objetivo en común. Buscó ratificar el sueño de aquellos padres de la Patria que crearon una Nación libre y soberana, para que los ciudadanos que continuaron caminando el sendero que  aquellos iniciaron, sigan el mismo norte. En sus inicios, los aviadores sumergidos en la precariedad y la austeridad con un espíritu aguerrido se embarcaron en los vuelos más audaces.

El piloto argentino fue creando su propio destino, pero el aviador militar fue más allá. Audaz, avezado, fuerte y voraz; estas cualidades fueron impulsadas por un espíritu que tenía bien alto un sentido patriótico. Capaz de atravesar muros, arremeter con quien atente contra sus principios combatiendo hasta sus últimas fuerzas.

La aviación militar llevó a sus integrantes a dividirse en diferentes especialidades y una de ellas es la de los pilotos de caza y bombardeo. Ellos son los especialistas en llevar sus máquinas al combate para poner una bomba en el blanco. Atravesando todas las vicisitudes posibles, sin importar el fuego enemigo, con mala meteorología o condiciones desfavorables.

Creándose así el primer grupo aéreo para dicha tarea el 22 de junio de 1931, agrupando y formando las escuadrillas a cargo del, en ese entonces, Capitán Pérez Aquino. Años más tarde la resolución 491/90 constituyó formalmente a la mencionada fecha como el “Día de la Aviación de Caza”.

En el año 1982  el Conflicto del Atlántico Sur llevó a las Fuerzas Armadas a ser probadas en combate y la Fuerza Aérea mostró su valor a partir del 1° de mayo cumplimentando su Bautismo de Fuego. La “raza cazadora” se encargó de penetrar en lo más profundo del teatro de operaciones con el objetivo de cumplir con la tarea encomendada. Esas misiones estaban enmarcadas bajo un riesgo muy alto, sin embargo el espíritu guerrero llevó a aquellos pilotos a entender que la Nación los necesitaba para recuperar ese territorio insular usurpado y tan reclamado. Volar bajo o de noche era lo único que los protegía, una flota del primer mundo los esperaba del otro lado y esto no los detuvo. Apoyándose entre ellos, combatiendo codo a codo llevaron a cabo las misiones más audaces de la aviación mundial, siendo esto reconocido por todas las fuerzas aéreas. El daño fue tan grande que la flota británica logró comprender que no salían de “picnic” sino que tenían un enemigo con un espíritu avasallador, digno de respetar. Con aeronaves que se creían viejas o incapaces de alterar a una fuerza de tareas de primer nivel obtuvieron resultados sorprendentes.

            Hoy los aviadores que eligen pertenecer a  la aviación de caza saben que tienen en sus espaldas ese legado, deben mantenerlo firme y solemne. Con una llama que no debe apagarse nunca. Son los encargados de que el espíritu de aquellos cazadores permanezca en lo más alto, su linaje no será olvidado. Se traspasará de generación en generación, porque una vez piloto cazador jamás se dejará de serlo. El piloto debe guiar a su máquina como aquellos pioneros lo hicieron. Ya sea como San Martín con su caballo en pos de la libertad o cómo los héroes de Malvinas que perdieron su vida defendiendo la soberanía nacional.

            Cada año en el mes de junio se realizan eventos formales para que los pilotos cazadores ya retirados puedan compartir sus experiencias con los más jóvenes. Buscan compartir experiencias, contar anécdotas y mantener vivo el espíritu “cacho”. Este año el evento principal se realizó en la X Brigada Aérea ubicada en la ciudad de Rio Gallegos, Santa Cruz. Este lugar despierta en cada uno que tuvo el honor de participar en la Gesta de Malvinas un sentido patriótico sin precedentes, esto debido a que cada vez que miran las instalaciones, su ser es invadido por el recuerdo de aquellos días.

Los medios materiales podrán ser diferentes, pero el espíritu y la garra son las mismas. Un viejo refrán nos indica “NO HAY QUIEN PUEDA” y pregona que no existe persona u objeto que pueda contra la raza cazadora.